Tener 10.000 euros ahorrados puede ser una excelente base para empezar a invertir, aunque si no tienes un fondo de emergencia, primero deberías destinar una parte a cubrir entre 3 y 12 meses de tus gastos básicos.
Este capital inicial te permite diversificar en diferentes activos y construir una cartera adaptada a tu perfil de riesgo.
En realidad, tener 10.000 euros ahorrados es un magnífico punto de partida.