Una empresa blue chip es aquella que lleva muchos años cotizando en bolsa, tiene una gran capitalización bursátil y un riesgo de quiebra muy bajo.
Suelen repartir dividendos de forma recurrente y cuentan con alta liquidez, lo que facilita la compraventa de sus acciones.
Por su estabilidad y trayectoria, se consideran acciones de primera clase dentro del mercado.