El Jueves Negro (24 de octubre) marcó el inicio del pánico, con 12,9 millones de acciones intercambiadas, pero aún hubo intentos bancarios de estabilizar el mercado.
En contraste, el Martes Negro (29 de octubre) representó el colapso definitivo, con más de 16 millones de acciones vendidas en pánico total, marcando el fin irreversible de la confianza en Wall Street y provocando una caída adicional del 12% en el Dow Jones.