Los depósitos bancarios ofrecen una rentabilidad pactada y garantizada desde el inicio, mientras que los fondos monetarios no garantizan rendimientos.
Sin embargo, los fondos monetarios permiten traspasos entre productos sin pagar impuestos inmediatos, lo que no es posible con los depósitos.
Además, los fondos monetarios ofrecen mayor flexibilidad y liquidez, ya que pueden reembolsarse de forma diaria sin penalizaciones.