Por supuesto que es posible, pero puede resultar un proceso largo, agotador y arriesgado. Sin la experiencia y conocimiento de un Personal Shopper, los compradores pueden perder oportunidades exclusivas, tomar decisiones impulsivas o pagar de más por una propiedad.
Además, la falta de asesoramiento legal y técnico puede derivar en sorpresas desagradables tras la compra.