El primero es que no busca superar al mercado, solo replicarlo.
El segundo es que no tiene capacidad de reacción: cuando una empresa del índice atraviesa una crisis, sigue estando incluida en la cartera.
Por ello, si tu objetivo es lograr grandes beneficios a corto plazo (siendo consciente del alto riesgo que esto conlleva), la gestión pasiva no es la estrategia adecuada.