Las ventajas de las blue chips son su alta liquidez, dividendos estables, menor volatilidad y mayor resistencia en épocas de crisis, lo que las convierte en inversiones atractivas a largo plazo.
Entre sus desventajas, destacan el crecimiento más lento de sus acciones y dividendos generalmente menores que los de empresas más pequeñas y dinámicas.
Respecto a los riesgos, aunque son compañías muy sólidas, no están exentas de caídas en crisis económicas globales, cambios tecnológicos o variaciones en las tendencias de consumo, como ocurrió con Kodak.