Las formas más accesibles para inversores particulares son los ETFs especializados en materias primas y la compra de acciones de empresas que las producen o extraen. Los ETFs permiten invertir en una o varias materias primas sin necesidad de adquirirlas físicamente ni operar con futuros. Las acciones de empresas del sector ofrecen exposición indirecta al mercado de materias primas, con menor complejidad operativa.