Históricamente, las Small Caps han ofrecido una rentabilidad media superior a la de las empresas de gran capitalización.
Por ejemplo, el índice Russell 2000 ha superado en determinados periodos al S&P 500, gracias a su mayor potencial de crecimiento.
No obstante, su rendimiento puede ser más irregular y estar sujeto a caídas más bruscas en momentos de inestabilidad económica.