Lo primero que debes hacer es construir un fondo de emergencia, reservando una cantidad que cubra entre 3 y 12 meses de tus gastos básicos.
Este fondo debe mantenerse en productos de ahorro líquidos, como cuentas remuneradas o depósitos sin penalización.
Luego, define tu perfil de riesgo y adquiere conocimientos básicos sobre inversión antes de elegir activos como renta fija, variable o alternativas.