Absolutamente sí, vale la pena empezar aunque sea con poco. En la fórmula del interés compuesto, la variable más poderosa no es el capital inicial, sino el tiempo (n). El tiempo es el ingrediente que permite que la “bola de nieve” del crecimiento se haga verdaderamente grande.
Una persona que empieza a invertir 50 € al mes a los 20 años, a menudo acumulará más capital que alguien que empieza a invertir 300 € al mes a los 40. No subestimes el poder de las pequeñas aportaciones constantes a lo largo de muchos años. Utiliza la calculadora para comprobarlo tú mismo: el coste de esperar es mucho más alto de lo que imaginas.