El ROI mide el rendimiento de tu inversión, pero es importante entender qué cifra estás usando para calcularlo:
- Rentabilidad bruta: es el beneficio antes de descontar impuestos, gastos o comisiones. Si calculas el ROI usando valores brutos (o sea, únicamente la inversión sin tener en cuenta posibles gastos extra o comisiones), estarás viendo el rendimiento “teórico” de tu inversión, sin tener en cuenta esos costes adicionales.
- Rentabilidad neta: es el beneficio real que obtienes tras restar impuestos, gastos y comisiones. Si usas datos netos en el cálculo del ROI – es decir, si contemplas todos los costes asociados a la inversión en el capital total aportado, más allá del propio importe invertido – tendrás una visión mucho más precisa de cuánto dinero has ganado de verdad.
Conclusión: siempre es recomendable calcular el ROI sobre cifras netas, para saber con exactitud cuál ha sido la rentabilidad real de tu inversión y poder compararla mejor con otras opciones.