Puedes invertir de manera directa comprando acciones individuales, lo que requiere análisis y conocimientos avanzados.
Una opción más sencilla es invertir en fondos indexados o ETFs que repliquen índices de Small Caps, como el Russell 2000 o el MSCI World Small Cap.
Los fondos de gestión activa también son una alternativa, aunque tienen comisiones más elevadas.