Invertir en oro físico implica comprar y almacenar monedas o lingotes, con los consiguientes problemas de custodia y costes elevados.
Los ETFs o ETCs replican la cotización del oro, pero no se posee el metal directamente.
Plataformas como BullionVault permiten tener oro físico sin almacenarlo personalmente, con mayor seguridad, liquidez y transparencia.