Lo primero que debes hacer es definir tu nivel de tolerancia al riesgo y tus objetivos financieros.
Si eres principiante o tienes baja tolerancia al riesgo, los ETFs y los productos de renta fija suelen ser más adecuados.
Para perfiles más experimentados o con mayor tolerancia al riesgo, las acciones individuales o derivados pueden ser opciones viables.